El Colegio de Economistas de Baleares ha celebrado este viernes su XV Diada dels Economistes 2016 al que han acudido unas 200 personas que han rendido homenaje al presidente del Grupo Sampol, Gabriel Sampol, a quien han hecho entrega de la Medalla de Oro.

El decano-presidente del Colegio, Onofre Martorell, ha sido el encargado de entregar el galardón más importante de la institución a Sampol, un reconocimiento «al valor, a su trabajo y a su pasión por la empresa».

Sampol ha agradecido el galardón y ha asegurado que se siente un «gran afortunado» porque «siempre ha podido dedicarse a lo que más le gustaba» y rodearse con «un equipo de profesionales preparados» para poner en marcha «nuevas ideas y proyectos».

«No voy a decir que el camino para llegar aquí ha sido fácil. Hemos tenido que trabajar mucho, dedicarnos en cuerpo y alma a sacar esta empresa adelante, pero también debo reconocer que la empresa me ha dado muchas satisfacciones y que a mis 80 años sigo con ganas de trabajar y emprendiendo nuevos proyectos», ha expresado.

Además, ha hecho un llamamiento a quienes «empiezan hoy, que sientan que están inmersos en una situación de incertidumbre absoluta». Así, los ha animado a «seguir adelante, a saber mirar más allá, a continuar formándose para poder afrontar todo tipo de situaciones y a no cejar en el intento porque cuando vives de hacer lo que te gusta el camino es mucho más fácil».

Durante su discurso, Gabriel Sampol recordó distintos hitos de la historia de Sampol, en especial, cuando la compañía se certificó para poder participar en concursos públicos, y ganó el proyecto de iluminación de la catedral de Palma. Ese fue el comienzo de una larga etapa de colaboración con la Administración que ha resultado muy fructífera.

Sampol agradeció el apoyo incondicional de su mujer y de sus hijos, destacó el hecho de que la tercera generación esté ya al frente de la empresa, y puso el acento en el gran trabajo que desempeña todo el equipo de Sampol, verdaderos artífices del éxito de la compañía, presente hoy en todo el mundo.